Hoy me dirijo hacia Italia. Esto se debe principalmente a que un partido tan atípico como el que se pudo ver ayer en el estadio Luigi Ferraris no sucede todas las semanas.
Quién le iba a decir a un viejo conocido de la liga española como es Claudio Ranieri, que su equipo (la Roma) iba a sufrir una remontada después de llegar a distanciarse por 3 goles en el casillero. El incansable "Il Capitano" ofreció un recital a los aficionados locales de cómo con 34 años todavía se puede "vivir" del fútbol y contener cualidades de auténtico crack. Dos asistencias en la primera parte y un gol al comienzo de la segunda, prometían ser los suficientes ingredientes para que los de la capital salieran con una gran sonrisa de territorio genovés. A fin de cuentas, visto lo que sucedió el miércoles ante el Shakhtar, tampoco extraña mucho lo que se pudo ver minutos después del tercer gol romano. Hasta cuatro veces tuvo que ir Julio Sergio al fondo de la portería para recoger la pelotita.
El ex entrenador del Atlético y del Valencia, Claudio Ranieri, ya se olía la destitución. Y como buen ciudadano natal de Roma, pensó que es "mejor morir de pie, que vivir de rodillas", por lo que el técnico presentaba la carta de dimisión antes de que la directiva de adelantase.
"La Loba" no levanta cabeza; por si no tuviera poco con la nefasta posición en la tabla clasificatoria (8º), más el pinchazo en Champions ante el Shakhtar de "Chygri" (2-3 en el Estadio Olímpico de Roma), ahora se le suma el problema de buscar un nuevo dirigente que maneje el vestuario...
Parece mentira que este mismo equipo llegara el año pasado a la final de la Copa de Italia o que se quedara tan solo a dos puntos de robarle el Scudetto al intratable Inter de Mourinho. A ver quien se atreve ahora a viajar a Roma a salvar la situación del equipo de la capital.
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