Con esas palabras contestaba Joaquin Caparros a la pregunta de una periodista preguntando sobre la supuesta crisis blaugrana.
Lo cierto es que todo pintaba bien para el equipo de Pep Guardiola, un partido en casa, el campo lleno a rebosar y en la portería contraria un rival de categoría.
Y como no, se les puso el partido de cara, (en un claro fuera de juego) Alves recibe un balón de Xavi que tras dejar sentado a Gurpegui abre un balón a banda que deja de primera para Villa que remata con la zurda a placer. Fuera de juego o no, bajo mi punto de vista si que lo era, el caso es que el gol subió al marcador. Lo que a la primera parte se refiere, cabe destacar un remate de cabeza de Llorente que no llega a estar Pinto bien colocado estaríamos hablando del empate.
Pero el fútbol es así de caprichoso que Busquets en la segunda parte comete un fallo de concentración que la recupera el delantero del Athletic en el área grande y es derribado por el dorsal 16 del conjunto blaugrana. Si, sin comerlo ni beberlo el Athletic había empatado el partido...
Entonces es cuando parece que el "chip" del equipo de la ciudad Condal cambió, con la entrada de Maxwell por Mascherano el equipo se abrió y permitió tener mayor dominio del balón.
En una de esas jugadas y casi a finales del partido, Xavi volvió a abrir por enésima vez a Alves que la centró rasa para que un Messi negado cara a la portería la empujara con su pierna menos buena.
3 puntos de oro conseguidos de un partido que empezó con buen pie pero que ellos solos se complicaron...
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