Si bien estamos en carnaval no estaba la Real dispuesta a que le pintasen la cara, fuimos a dar guerra en territorio comanche. Saltaba una Real un tanto cambiada con Aguirretxe e Ilarramendi (especial atención la que prestamos a ambos jugadores, la prueba de fuego que le dicen) de inicio en un duelo muy emotivo para el míster que se reencontraba con la que tiempo atrás fuera su afición, así como para Lotina, o eso espero.
Hacia el cuatro de la primera llegó el primer susto en una atajada “interruptus” de Bravo que se estrelló en la salida con Guardado quedando el balón a la buena de Dios. Sin embargo, los primeros minutos fueron de purita toma de contacto. Y sin apenas contactar con la bola, allá por el minuto diez, se rompió Lassad tras torcerse el tobillo al pisar a uno de los nuestros, entró Riki por el tunecino. Llegados al minuto veinte el partido era más bien sosito, con muchas intenciones pero escasas oportunidades.
Diez minutos más tarde, Riki disfrutaría de la ocasión más clara del partido, hasta el momento, su disparo besó el palo izquierdo del arquero chileno. Se acercaba el Depor cada vez con más frecuencia a una Real dormida en ataque. Ellos llegaban, pero: nada de nada, y la Real: nada de nada. Así que… ya saben.
Pero tanto da el cántaro a la fuente, que nos pasó lo que nos pasó: Riki , en el cuarenta, nos enchufó una chilena desde el corazón del área que nos sacó los colores. Fue un puyazo en todo lo alto, nos lo merecíamos. Había que espabilar. A dormir a casa. Y con esta mala uva nos fuimos al descanso…
Salió la Real más espabilada en la segunda mitad, la primera ocasión fue para los nuestros, y la segunda, y la tercera… Cuestión de actitud, los puntos se iban al limbo, que no existe. A todo esto, en el doce de la segunda salió Riki, quien entrara por Lassad, del verde. Entró Desmarets. Ni tiempo me dio a escribir esto, cuando nos calló el segundo sin merecerlo, Adrián.
La respuesta de Lasarte fue sacar a De la Bella y Sarpong al terreno de juego, y sentar a Mikel Gonzalez y Rivas en el banco, a todo esto en el Depor entraba Rubén Perez. Había tiempo, a la heroica que dicen por los madriles. El sabor lo puso Aguirretxe en el veintidós de la segunda, cuando marcó tras un centro maravilloso, del maravilloso también, Xabi Prieto. El partido se ponía de lo más interesante: toma y daca.
Se nos iba el partido, cuando debutaba Ifrán que sustituía al francés Antoine. Con la ilusión de que en alguna llegara otro gol, se nos acercaba el final del partido. Dos minutos añadió el árbitro ( uno de los mejores de la liga, sin duda), que debió perderse el carrusel de cambios que nos privaron de varios minutos de juego. Al término de los mismos, pitó. Chin-pún.
Disfruten de la vida, y recuerden que ésta es mucho más que un partido de fútbol…
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