El lockout ya es una realidad. El temido y anunciado cierre patronal ha llegado y se abre una gran variedad de dudas e incógnitas en el horizonte: ¿Cuánto durará? ¿Habrá liga? ¿Se suspende la temporada? ¿Qué pasa con los fichajes? ¿Vendrán las estrellas a Europa? Muchas dudas que pueden resumirse en una gran pregunta: ¿Y ahora qué pasa?
Técnicamente es el cuarto lockout de la NBA, aunque el tercero con impacto (1995, 1998 y 2011), y para ver qué va a pasar o puede sucede es bueno recordar los antecedentes de la propia liga de baloncesto y de las otras tres Grandes Ligas.
En 1994, tanto la NHL (hockey sobre hielo) como la MLB (béisbol) tuvieron un lockout. El de la NHL duró hasta mediados de enero de 1995 reduciendo los 84 partidos de Liga regular a 48 y la temporada de la MLB se canceló: 232 días de huelga desde el 12 de agosto de 1994 hasta el 2 de abril de 1995. No hubo Series Mundiales.
Actualmente, la NFL, la liga de fútbol americano está en pleno lockout desde marzo pero se está intentando negociar un acuerdo para solventar las diferencias y evitar que se suspenda la temporada al completo con culebrón judicial incluido.
En la NBA, es el primer lockout desde la temporada 98-99. Aquella temporada apenas contó con 50 partidos. La temporada del asterisco, según Phil Jackson refiriéndose al primer título de la era Duncan-Robinson en los Spurs. El principal daño colateral del lockout fue la retirada de Michael Jordan... y una selección B de Estados Unidos en el Mundial de Grecia. Se canceló la pretemporada, el inicio de la campaña, el All Star y casi la temporada. El 23 de diciembre de 1998, David Stern fijó el 7 de enero como fecha tope para llegar a un acuerdo y salvar parte de la temporada. El día 6 de enero se llegó a un acuerdo finalmente.
El lockout de la 98-99 trae malos recuerdos y aunque hay quien cree que perdurará más en el tiempo y que la temporada corre serio peligro, no se descarta un acuerdo similar al de 1995 que acabó con un lockout de apenas 74 días.
Ahora la NBA y el sindicato de jugadores (NBPA) establecerán un calendario de negociación para intentar acercar posturas: básicamente todo se reduce a que los dueños no quieren perder tanto dinero, se busca un reparto diferente de los ingresos generados y los jugadores no quieren recortes salariales ni de otro tipo.
A partir de ahora, el mercado de fichajes queda en el aire y no puede haber negociaciones ni contacto de ningún tipo entre los equipos (ni empleados) y los jugadores. El cerrojazo es total y la gran duda es cuánto durará y qué harán los jugadores. Muchos han expresado su deseo de jugar en Europa si la temporada al completo se cancela, pero todavía quedan meses por delante hasta entonces. Además, la gran mayoría de los jugadores tampoco tiene prisa por negociar ya que el 90% de ellos (según dato de Espn) cobra el total del salario repartido en los meses de Liga Regular. Es decir, que haya lockout o no, ahora no les afecta económicamente.
La alternativa de jugar en Europa está ahí, pero es complicada para los jugadores con contrato en vigor ya que una vez que se resuelva el lockout están obligados a regresar a su equipo de la NBA y dejarían tirados a su equipo Europeo. Además, la operación económica no es sencilla: sueldo elevado para convencer a la estrella de que merece la pena ir a Europa y un seguro que será muy caro ya que ha de cubrir al jugador en caso de lesión. Y si el jugador se lesiona jugando en Europa y se resuelve el lockout, la franquicia de la NBA podría demandar al jugador en cuestión por daños y perjuicios.
Así, la llegada a Europa de grandes estrellas o de jugadores con contratos elevados es más que improbable salvo desembolso galáctico, aunque Pau Gasol, entre otros, ya ha comentado que no quiere estar un año en blanco. Es una jugada arriesgada pero que podría empezar a ser viable a partir del 7 de enero si se cancela finalmente toda la temporada.
